QUIQUE MEDINA. 02/05/2014 Si existiera la justicia poética, su caché tendría que superar al de bandas coetáneas; actúan el 9 de mayo en Valencia
VALENCIA. El pasado 5 de abril, Manel vendían todas entradas (alrededor de 1.000) de su concierto en la sala Noise de Valencia. Según Tranquilo Música -la promotora del bolo- "tres semanas antes ya habían volado las localidades". Pese a que la presentación oficial en directo del su último disco -Atletes baixin de l'escenari(Warner/Discmedi, 2013)- ya se había producido (también con triunfo absoluto), el público reaccionó de nuevo ante la venida de los nuevos niños guapos de la música interpretada en catalán. Su atinada mezcla del folclore tradicional mediterráneo y el pop moderno les han hecho dar con la tecla y han trascendido las casi inescrutables fronteras catalanas.
El próximo 15 de mayo, Els Amics De Les Arts regresan a Valencia y lo hacen con nuevo disco bajo el brazo. Només d'entrar hi ha sempre el dinosaure (DiscMedi, 2014) es la última referencia de esta formación catalana que cuenta sus visitas a la ciudad por éxitos; la próxima cita con ellos, será en Jerusalem Club (alrededor de 600 personas) no parece una excepción ya que, desde Abomboyplatillo (promotora del concierto), se nos ha informado de que las primeras 50 entradas que salieron a la venta se agotaron a los tres días de publicarse. Desde la promotora no se duda en que se cubrirá el aforo. En el resto de actuaciones anunciadas la cosa ha sido más espectacular ya que sin estar el disco todavía en la calle ya habían colgado el sold out en varias de sus fechas. La curiosa conquista de Els Amics de les Arts es, sin embargo, explicable por la vía de un pop más comercial y asimilable. Pero el ejército de seguidores que atesoran es un hecho empírico. Nunca fallan.
Entre medias, el 9 de mayo, será el turno de Mishima. Será la segunda vez que los barceloneses pisan las tablas de Espai Rambleta (su auditorio puede albergar a alrededor de 700 personas sentadas). Prácticamente lo inauguraron ellos. Estrenan lustroso disco, L'ansia que cura, a través de su propio sello, The Rest Is Silence (2014). Se les dará bien pero es difícil que agoten todo el papel.
ARTESANOS DEL OFICIO
A diferencia Els Amics de les Arts y, sobre todo, Manel es la de Mishima una historia de constancia y evolución. Artesanos del pop, en 2005 (tras 5 años de andadura) decidieron que, pese a sus influencias claramente anglosajonas, el catalán fuera el conductor de sus composiciones, "un material literario tan universal como otros". Empezó ahí la andadura de estos menestrales de la escena independiente española: "Somos más artesanos que artistas", reconoce David Carabén (voz y guitarra).
Cerca de 20 años contemplan a Mishima. Pocos grupos en España pueden decir lo mismo sin haber probado las mieles y de los holgados réditos económicos. La consistencia de un repertorio robusto y coherente es el pilar básico de esta formación que sigue en la música "por puro amor a su trabajo". Realmente sólo Carabén se dedica por entero al grupo y, como él dice, "malvivo viviendo la vida que le gusta vivir". Y así, con los aperos correctos y el saber que da el tiempo siguen en evolución y búsqueda constante: "Este oficio es mes muy antiguo y se requiere una técnica y requiere tiempo y praxis para mejorarlo".
Aunque la Comunidad Valenciana es una de sus plazas fuertes, a Mishima salir de Cataluña les cuesta (a veces hasta dinero pues se mueven en formación de a 5); no obstante, no rehúyen la lucha y siguen reivindicando la fuerza global del rock sea en el idioma que sea. Tienen hasta doce fechas cerradas para la gira, pero lo cierto es que todas están comprendidas entre los límites de Cataluña y Valencia. Como gran parte de las nuevas generaciones, Mishima no entiende de crisis de económicas, pues ha sido una constante en su vida. La crisis de verdad, la artística, no la temen, ni la conocen.
A LA FRANCESA
Los propios Mishima reconocen que con L'ansia que cura comienzan una nueva etapa. Sus tres discos más trascendentes hasta el momento - Set tota la vida (The Rest is Silence/Sinnamon, 2007), Ordre i aventura (The Rest is Silence/Sones, 2010) y L'amor feliç (The Rest is Silence/Warner Music Spain, 2012) - llevaban el inconfundible sello del productor Paco Loco. Ya en su día, recuerdan haber ido hasta el estudio de Paco en el Puerto de Santa María (Cádiz) como una salida del cascarón: "nos alejamos de Cataluña, donde gozábamos de cierta reputación, fue todo un desafío". Aún recuerdan la cara que se le quedó a productor cuando le dijeron que querían sonar "como la Velvet y como los Beach Boys". Obviamente la respuesta fue que imposible pero el resultado fue, no obstante, es la consecución de un notable y personal muro de sonido.
"Ahora era el momento de dar otro paso en diferente dirección y teníamos bien claro el lugar". Los Black Box Studio, situados en el verde valle Loira (Anjou, Francia) fueron refugio y germen de este disco que no hace sino arrojar más luz en deconstruido pop clásico que practican. Unos estudios por los que ha pasado gente como Shellac, The Wedding Present, The Ex, Diabologum o Domique A. Y es precisamente el genial compositor francés, del que Carabén se proclama fiel seguidor, el que recomendó el lugar a la banda.
La propia banda junto al ingeniero de sonido Peter Deimel son los encargados de la vibrante y rugosa producción de un álbum cuyo proceso de grabación fue novedoso y que refleja muy bien como suenan los Mishima en directo. "Antes, con Paco, preparábamos las canciones antes de ir grabarlas. Ahora nos hemos ido con todas las casi intactas; de hecho, la mayor parte de ellas las enseñé a la banda muy poco antes de partir. Así lo pactamos para que los arreglos sonaran más frescas y urgentes", señala Carabén. Y allí que se encerraron, sin más compañía que el instrumental y la naturaleza: "hemos disfrutado mucho, pero ha sido un desgaste físico y psicológico increíble", afirma el cantante.
Cuando habla de música, Carabén se embriaga y pronto salen a colación Neil Hannon, Buddy Holly, Anna Calvi, Nick Cave, Last Shadow Puppets y un sinfín de referencias que dejan a las claras el bebedero anglosajón de donde se sacia su eterna sed. Cuando hala de sentimientos no es menos carnal y sale a colación el momento ‘Llepar-te': "acariciar una persona, lamerla, es una de las maneras más definitivas de celebrar la vida".
La ansiedad puede ser curativa. El amor puede ser siempre feliz. El orden puede casar con la aventura. Se puede vivir sediento de por vida. Mishima puede (debe) ocupar el lugar que merece.