Con la onda expansiva de aquel atentado de belleza, costumbrismo surrealista y pop soleado perpetrado con“Set tota la vida” (2007) todavía zumbándole en los oídos, David Carabén ha firmado un puñado de canciones tan inspiradas y bien tramadas como las de aquel disco. Es lo que tiene detonar bombas de música viva, que si no te alejas lo suficiente su luz te ciega para siempre.
Bajo un título que podría remitir a la táctica de juego de un ex entrenador del Barça, en diez temas (que han vuelto a grabar junto a Paco Loco en el Puerto de Santa María) y menos de media hora, Mishima concretan el trazado de su sonido, lo estrechan y rematan, compensando el peso de la electricidad y los vuelcos de la melodía en canciones terapéuticas que diseccionan los restos del amor cuando se apaga (“Una part de tu” o “En arribar la tardor”), recomponen el ánimo (“L’olor de la nit”), enseñan a mirar hacia delante (“Tot torna a començar”,“Tornaràs a tremolar”) y abren una puerta a la euforia (“Com abans”) con la que recuperar la juventud que nos arrebatamos a nosotros mismos (y que solo nosotros podemos devolvernos).