Indirock: Mishima: "HACEMOS MUSICA DE GENERO"

Por Rafa Quilez. Barcelona, 27 ene 2000 (EFE).- Dos años después de publicar su primera maqueta, el quinteto barcelonés de pop Mishima ha debutado con "Lipstick traces", un disco que los emparenta con las bandas británicas de pop melodramático que adoran porque, como dice su cantante, David Carabén, "hacemos música de género".
Mishima se fundó en 1998 en Barcelona, integrado por David Carabén, voz y guitarra española; Oscar D'Aniello, caja de ritmos; Christian Aloy, guitarras; Marc Lloret, teclados; y Dani Acedo, bajo; todos entre los 25 y los 29 años.  https://indyrock.es/mishima.htm

El núcleo duro, integrado por David, Marc y Christian, fundó el sello The Rest is Silence para editar las grabaciones de Mishima y de sus formaciones paralelas, en este caso Songstore, el grupo de Christian Aloy, que tiene previsto debutar en breve con "The day people became mutant because of mobile phones", y Felicidad Blanch, la banda de Marc Lloret.

Mishima se dio pronto a conocer en el circuito pop barcelonés con su primera maqueta por unos valores que ha mantenido en el disco, como son el uso de cajas de ritmos, la mezcla de sonido en baja y alta fidelidad, las guitarras españolas y un tono sombrío y melancólico que bebe de The Divine Comedy, Arab Strap, The Mangnetic Fields o Eccho and the Bunnymen.

"No queríamos fijarnos en gente de hace 20 años, como el rock en catalán, sino que hacemos música de género", dijo a EFE David Carabén, compositor también de Mishima y que alterna la música con su trabajo en la televisión local de Barcelona, BTV.

Carabén reconoce sus deudas sonoras y estilísticas con formaciones como The Go Betweens, Pale Fountains o The Divine Comedy, pero también asume estar marcado por Babybird y afirma que "nuestro propósito es hacer obra y emocionar a la gente".

"Sabemos que somos poco comerciales y que no viviremos de esto, pero somos ambiciosos artísticamente y, para nosotros, el éxito es el buen trato de la crítica y tener viabilidad", afirma Caraben, hijo de profesor universitario.

Para David Carabén, canciones como "My whole life crying", "Time after time", "Letter to Lo", "Younger", "Covards" o "Scared" son el sustrato que les permita "trabajar más para poner la piel de gallina".

Es por ello por lo que apuestan por arreglos efectistas, basados en la guitarra española, aunque a la hora de componer distinguen entre los temas instrumentales y aquellos otros con texto y, últimamente, han dado paso a canciones "con más volumen, compuestas con piano y voz, con las guitarras eléctricas más potentes".

Mishima tiene previsto presentar en febrero, en Madrid y Barcelona, "Lipstick traces", título extraído de un libro homónimo del crítico musical Greil Marcus traducido por "Rastros de carmín" y que busca los antecedentes de la cultura punk y los relaciona con la Edad Media.

"Es lo que te puede dejar una mujer en la ropa - compara Carabén- y, además, los rastros de carmín te recuerdan que ella también aspiraba a la belleza y, sin embargo, es algo pasajero, como una canción pop".

Asimismo, el vocalista de Mishima relaciona el disco con historias de abandonos, como el tema que abre el elepé, "Time after time", que popularizó Chet Baker, y con la posibilidad de "aceptar una pérdida, ya sea de una mujer o de la juventud". En cualquier caso, estos amantes "de los grupos ambiguos, como Pulp o Velvet Underground", según Carabén, prefieren situarse "en lo genérico, y que cada espectador se lo aplique como quiera". "El pop, cuanto más ambiguo y más lecturas permita, mejor", expone David Carabén.

El día 23 de marzo, Mishima presentarán su primer trabajo, Lipstic Traces, en la sala Nasti de Madrid. Este álbum, publicado a finales de noviembre, está recogiendo muy buenas críticas. 

 "...se trata de un grupo que tiene melodías, letras y arreglos más que notables (...) sus canciones -en especial una tríada fundamental: (Sometimes) Hugs Are Better than Kisses, Time after Time y la ¿insuperable? Letter to Lo- resultan cálidas por no considerarse solemnes, porque les encanta soltar una carcajada cuando se espera un mohín (...) ¿Pop adulto? Pop tolerable. Por fin." Juan Manuel Freire, GO BCN

"La caja de ritmos de The Magnetic Fields, la desazón de Arab Strap y Los Planetas, el dramatismo de Jack y un caudal melódico incontenible sustentado en el pop con mayor solera guían doce temas que, a modo de historia de alegría y depresión del protagonista, se dejan escuchar solos. Uno de los discos del año, ..." Javier Blánquez, Rockdelux

"Pop de tremenda carga melodramática, oscilando entre The Magnetic Fields -en los temas más ligeros- y The Divine Comedy -en las epopeyas-. Los doce temas de su maqueta, Lipstick Traces, evocan, como ya aventuró Greil Marcus, la belleza efímera que proporciona un rouge que, aunque apenas dure unas horas, puede dejar rastros: un amor sólo correspondido en sueños, "si me hubieras conocido cuando era joven y guapo el corazón roto sería el tuyo, no el mío", no me vas a querer como tu amante pero almenos cuídame como a tu hijo y "¿Si Dios me dió el poder de percibir la Belleza, por qué me condena a vivir una vida tan fea?". Elena Cabrera, Vanidad

"Haber dejado pasar el año 2000 sin prestar atención a Mishima es algo que no se puede perdonar. Lipstic Traces es un monumento de canciones preciosas con referencias evidentes como The Magnetic Fields o el pop melodramático, pero con un sello personal indudable. (...)" Silvia Lorenre, Ciclo

"... admiradores de The Magnetic Fields, The Divine Comedy y Babybird, están a la altura de las comparaciones con sus confecciones de pop sensible y distinguido, emocional y algo atormentado sin llegar a bordear los terrenos épicos. (...) Jordi Bianciotto, El Periódico

Lipstic Traces apareció hace casi dos años en forma de maqueta. Fue muy bien acogida por la prensa especializada, hasta el punto que la creación del sello independiente The Rest is Silence por algunos de sus miembros ha precipitado su aparición en disco.

Lipstick Traces son doce temas de pop quintaesencialista que juntan adúlteramente el lo-fi con el hi-fi, la caja de ritmos con la guitarra española, el chacapún clásico de la máquina de marcianitos con la transcendencia espiritual del órgano de iglesia (!), el cielo y la tierra (!!), el Hombre y Diós (!!!)... Cantadas en el latín del pop para que sus admirados ídolos (The Divine Comedy, Babybird, The Go-Beetwens, Pale Fountains...) no tarden en plagiar la poética farsa que hay en sus letras, las 12 canciones de MISHIMA atacarán al auditor incauto des del primer instante por su fuerza melódica y sus inspirados arreglos.

El título del disco, Lipstick Traces está sacado de un libro homónimo de Greil Marcus, el prestigioso crítico musical, con el objeto de rescatar la evocadora imagen de los trazos de carmín. Los trazos de carmín nos recuerdan la belleza de unos labios y la noche en la que los pudimos disfrutar, nos hacen pensar en la paradójica función del maquillaje: crear Belleza y desvanecerse, como toda canción pop, como la adorada Lolita de nuestros sueños adolescentes o como esa misma juventud. De hecho, en Lipstick Traces, encontraremos doce canciones pop que versan sobre la temida pérdida de un amor y la irreversible pérdida de la juventud.

El grupo, de Barcelona, está compuesto por David Carabén (voz y guitarra española), Oscar D'Aniello (cajas de ritmos), Christian Aloy (guitarras), Marc Lloret (teclados) y Dani Acedo (bajo), de reciente incorporación. Incluye pues a los tres miembros fundadores de The Rest Is Silence, cada uno en representación de su proyecto personal: David (MISHIMA), Christian (SONGSTORE, cuyo disco The Day People Became Mutant Because of Mobile Phones tendría que aparecer en breve) y Marc (FELICIDAD BLANCH).El disco fue grabado en Analog Drive-In Studios en un 8 pistas analógico.